sábado, 16 de octubre de 2010

¿Un blog? ¿Para qué? ¿Por qué?

    Estas preguntas fueron lo primero que se me vino a la cabeza en el momento en que me enteré que tenía que crear un blog y que era requisito para una asignatura. Debo decir sin embargo que no era la primera vez que me veía ante esto: ya lo había pensado antes, pero cada vez que se me ocurría pensaba que aunque sería buena idea y que a lo mejor habían cosas que pensaba o que tal vez me gustaban mucho y que todo eso lo podría compartir con otrxs escribiendo en un blog,  ese era un motivo suficiente para hacerlo; pero que siempre, incluso ahora que lo tengo que hacer porque lo tengo que hacer y no hay más, me cuesta mucho el simple hecho de comenzar a hacerlo, de comenzar a escribir.
    Quizá no sea la única a la que le pasa, pero siento que es una buena oportunidad, una oportunidad para vencer los miedos, que aunque pueda parecer una tontería, vencer el miedo a escribir es un miedo que tenía encerrado y del que era consciente. ¿Por qué? Es lo que me preguntaba yo misma. Imagino que ese miedo a escribir deriva mayormente del hecho de que no lo tengo como un hábito y por lo mismo el hecho de expresar algo o de argumentar y explicar de esta manera me resulta difícil, complicado, y las cosas cuando son así, he de reconocerlo, cuesta más trabajo decidir iniciarlas. Creo que esta es una buena manera de empezar a escribir habitualmente, de corregir mis errores mediante la práctica y de darme cuenta todo lo que podemos hacer con simplemente ponernos en ello. En fin, empecemos.

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